martes, 4 de noviembre de 2014


Regulación de la Contracción; Control Neural de los Músculos Esqueléticos; unidades motoras...


Cuando los puentes se unen a la actina, pasan por golpes de energía y causan contracción muscular; por ende, para que un músculo se relaje debe evitarse la fijación de puentes de miosina a actina. La regulación de la fijación de puentes a la actina es una función de dos proteínas que se asocian con la actina en los filamentos delgados.  El filamento de actina —o F-actina— es un polímero (G-actina), dispuestas en hilera doble y giradas para formar una hélice  Un tipo diferente de proteína, conocida como tropomiosina, yace dentro del surco entre la doble hilera de monómeros de actina G. Fijo a la tropomiosina, más que de manera directa a la actina, hay un tercer tipo de proteína llamada troponina. La troponina en realidad es un complejo de tres proteínas,  troponina I (que inhibe la unión de los puentes a la actina), troponina T (que se une a tropomiosina) y troponina C (que se une al Ca2+). La troponina y la tropomiosina trabajan juntas para regular la fijación de puentes transversos a la actina y, así, sirven como un conmutador para la contracción y relajación musculares. 


Bibliografía: Ira Fox, Stuart, Fisiología Humana, 12 edición, editorial MCGAW- HILL.

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